En ocasiones, las muelas del juicio nos pueden causar molestias, infecciones o dolor.
Suelen aparecer durante la adolescencia y en el caso que sea necesaria su extracción, es preferible que se realice cuanto antes para evitar futuros quistes, infecciones en las encías o en el hueso adyacente, caries en los dientes vecinos, etc. Por esto, es recomendable visitar al dentista durante esta etapa para que nos realice un diagnóstico y nos recomiende la mejor opción.
Existe la creencia de que las muelas del juicio son las causantes del «apiñamiento» o el movimiento de las piezas dentales, incluso después de un tratamiento de ortodoncia. No obstante, son muchas las causas que pueden provocar estos desplazamientos y las muelas del juicio pueden ser la menor de ellas, entre las que se encuentran: crecimiento mandibular, genética, factores oclusales, dientes supernumerarios…
El motivo de extracción de las muelas del juicio no debe basarse en esta creencia, debe basarse en su mal posicionamiento y/o la posibilidad de provocar quistes o infecciones.
Motivos de extracción de estas piezas dentales:
– Cuando estén torcidas.
– Cuando se produzca un quiste alrededor de la zona.
– Cuando se produzca infección.
– Cuando estas muelas produzcan lesiones en dientes vecinos.
– Cuando por motivos ortodóncicos existe una discrepancia óseo-dentaria y se requiere la extracción de alguna pieza dental.
– Cuando no lleguen a erupcionar por completo y queden cubiertas por una parte de encía en la que se puede acumular comida y producir periocoronitis o infección bacteriana.
La extracción de estas piezas dentales es una intervención quirúrgica simple que debe ser realizada por un cirujano y dura aproximadamente 40 minutos en caso de las muelas incluidas y unos 10 minutos cuando están erupcionadas.
El postoperatorio es sencillo y en unos días el paciente podrá hacer vida normal y masticar con total facilidad.